Repaso a la carrera de John Cena y lo que ha supuesto para el wrestling. El ídolo de toda una generación, lo ha conseguido todo en WWE. Cumplió 43 años en abril y no sabemos cuándo será su último combate. Mientras tanto, disfrutemos.
¿Qué decir de él? Ha sido y es el más grande que ha pasado WWE. Su inmensidad y su legado ha sobrepasado cualquier tipo de límite. Allá por el 2001, la WWF (ahora es WWE) firmaba a un joven de 24 años que tenía un futuro brillante por delante y que acabaría siendo el rostro de la empresa. No iba a entrar con el pie derecho a la empresa, cuando no consiguió realizar el trabajo que le había encomendado Vince McMahon, y por ello, estuvo a punto de ser despedido en el año 2002.
Stephanie McMahon fue su ángel de la guarda y evitó lo que muy probablemente habría sido una catástrofe. Mejor no imaginarlo. Lo que nos hubiésemos perdido, menos mal. Desde 2006, con la compañía a cuestas. John Cena se ha ganado el respeto de todos los aficionados al wrestling y las críticas que ha recibido, le han hecho más fuerte y para nada le han afectado.
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A lo largo de los años, hemos visto mucho hate dirigido hacia John Cena. La mayoría de estos juicios negativos, iban enfocados a su nivel in ring ya que muchos aficionados decían que Cena tiene 4 movimientos contados. El Attitude Adjustment, Five Knuckle Shuffle, Proto Bomb, Shoulder Tackle y el STF. 5 moves marca de la casa.
Es cierto que no se desenvuelve en el ring como Seth Rollins o AJ Styles, pero siempre que sale al cuadrilátero, rinde al máximo, y sobre todo, da espectáculo. Ese “Once in a Lifetime” con The Rock ha pasado a la historia. Para mí, fue mejor el primer combate que el de WrestleMania 29. Una victoria para cada uno y nadie quedó mal. Un año cocinando esa rivalidad que culminaría dos dos después.
Ha estado en la cima muchos años y recordamos su rivalidad de antaño con Randy Orton. Se conocen a la perfección y eran de la misma generación. Dos iconos de WWE. Ese TLC Match en 2013 todavía se recuerda. Randy esposó a Cena y lo tiró contra una mesa. Orton se convertía en el primer WWE World Heavyweight Champion de la historia. Quizá ese fue un punto y aparte en la historia entre ambos.
En WrestleMania 30, iba a enterrar a Bray Wyatt, venciendo así a todos sus miedos, pero uno nuevo iba a aparecer: The Authority. Le hicieron la vida imposible a John Cena, costándole combates, humillándolo. Stephanie y Triple H querían que el futuro (por aquel entonces), Seth Rollins, hiciese olvidar al presente y quizá al pasado, John Cena.
Lo consiguieron aunque perdieron en Survivor Series 2014. Ese combate por equipos tenía como condición, que si perdía The Team Authority, el matrimonio debía abandonar WWE. La fiesta de los faces iba a durar poco porque un par de semanas después, Triple H y la hija de Vince, volvían como si nada a implantar su poder. Tras esto, John Cena ya pasaría a un segundo plano y dejaría el protagonismo a otros talentos que venían desde abajo.
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Desde 2015, la presencia de John Cena en WWE ha ido a menos. Apariciones testimoniales y tramos cortos a lo largo de las temporadas. Ese combate ante AJ Styles en Royal Rumble 2017 fue seguramente la guinda a su carrera. Igualaba a Ric Flair en campeonatos mundiales (16) y cerraba un ciclo. Desde entonces, luchó en WM 33 contra The Miz y Maryse. Propuso matrimonio a Nikki Bella esa misma noche, pero ya sabemos cómo ha acabado todo. Le pasó el testigo a Reigns en No Mercy 2017.
La responsabilidad de ser la cara de WWE a largo plazo. En la edición trigésimo cuarta de La Vitrina de los Inmortales, Undertaker lo derrotó sin apenas oposición. El dueño del “Hustle, Loyalty & Respect” siempre ha dado la cara y su frase se aplica prácticamente a todas las situaciones de la vida. “Nunca te rindas” suena a frase de taza de café, pero aunque parezca mentira, es útil y ejemplar.
Algo que hizo que la figura de John Cena fuese todavía más grande, fue el momento en el que se estaba decidiendo el desarrollo de su combate con The Fiend en WrestleMania 36. Él dijo que se dejaría perder, pero con una condición. Wyatt debía recibir un push a cambio de ganar al propio John. Poco más que añadir cuando muchas otras superestrellas, por egos o por otros motivos, ponen mala cara cuando se les comunica que van a perder un combate. John Cena lo aceptó con total naturalidad.
Es más, él lo quería y creía también que era la mejor opción. Ahora mismo, su función es impulsar a superestrellas de futuro como hizo con Bray. No hay nadie como él y WWE siempre será su casa. Qué bonito es escuchar su tema en cualquier evento. No se ha retirado, pero las apariciones o combates que va a tener, están contadas y habrá que disfrutarlas como si fuesen las últimas. Su legado es inmortal y perdurará en el tiempo. No habrá nadie que iguale todo lo que ha conseguido y el día que cuelgue las botas, se perderá una parte muy importante del wrestling. John Cena, leyenda y mito de la industria.