El año pasado Vince McMahon renuncio de su puesto como director ejecutivo de WWE tras ser investigado por reportes de que acordó un millonario pacto de silencio, solo para forzar su regreso en enero y luego aceptar ser adquirido por Endeavor y fusionar la WWE con la UFC en la compañía TKO Group Holdings.
Los federales entregaron y ejecutaron una orden de registro después de que un gran jurado federal firmara una citación a McMahon el 17 de julio, aunque aún no se han presentado cargos en su contra.
Vince McMahon supuestamente pagó al menos 14,6 millones de dólares a varias mujeres, incluidas ex empleadas de la WWE, para mantenerlas en silencio sobre las acusaciones de mala conducta sexual e infidelidad desde 2006. También se pagaron otros 5 millones de dólares a la Fundación Donald Trump por las apariciones de Trump en televisión en 2007 y 2009.
La fusión se completó a pesar de las investigaciones del gobierno federal sobre los pagos realizados por McMahon en relación con el escándalo del dinero de silencio el verano pasado, que no se registraron en las cuentas anuales de la WWE.
Jacob Frenkel, presidente del Grupo de Prácticas de Investigaciones Gubernamentales y Aplicación de Valores de Dickinson Wright y ex abogado principal de la División de Aplicación de la SEC, le comunicó al medio LA Times, que:
“En función de las posibles conclusiones (de las investigaciones gubernamentales), McMahon podría enfrentarse a cargos penales y/o civiles que podrían impedirle ejercer como ejecutivo o director de una empresa pública, así como a la devolución de cualquier «ganancia mal habida»”