Los mejores combates de la historia de la UFC
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Los mejores combates de la historia de la UFC

Los mejores combates de la historia de la UFC

El octágono nunca ha sido solo un lugar para pelear. Los especialistas y aficionados afirmarán sin dudar que también es un escenario cargado de historias que marcaron a generaciones enteras de fanáticos. Hay noches en las que dos personas se enfrentan y lo que sucede ahí dentro cambia para siempre la forma en la que se entiende la UFC.

Si se transciende de lo más llamativo, técnicas impresionantes, golpes espectaculares o finales de nocaut, se aprecian peleas que movieron audiencias enteras, que hicieron que millones se sentaran frente a la pantalla con el corazón en la mano. Incluso llegaron a llenar más de una casa de apuestas, donde admiradores y curiosos se lanzaban a hacer predicciones y quinielas, convencidos de que estaban a punto de vivir un momento histórico.

Aquí se repasan algunos de esos combates que ofrecieron espectáculo y redefinieron lo que significa este deporte.

  1. Griffin vs. Bonnar – The Ultimate Fighter Finale (2005)

Lo que sucedió aquella noche es legendario. Forrest Griffin y Stephan Bonnar no disputaban un cinturón, pero dejaron en el octágono algo mucho más valioso, el aumento de la credibilidad para un deporte que estaba al borde de desaparecer. Tres asaltos de pura entrega, golpe a golpe, hasta quedar exhaustos. La pelea fue televisada en abierto y millones de personas descubrieron de repente lo emocionante y espectacular que podía ser la UFC. Dana White repite siempre que, sin este combate, la organización tal vez no existiría tal y como hoy se conoce hoy día.

  1. Royce Gracie vs. Ken Shamrock – UFC 1 (1993)

Considerado como el origen de todo. En un torneo sin divisiones de peso, un brasileño menudo y aparentemente frágil dejó claro que la técnica podía vencer a la fuerza bruta. Royce Gracie sometió a Ken Shamrock y, con ello, el mundo descubrió el jiu-jitsu brasileño. Fue un antes y un después donde la UFC nacía como un experimento, pero, después de aquella noche, quedó demostrado que iba a ser mucho más que eso.

  1. Anderson Silva vs. Chael Sonnen I – UFC 117 (2010)

Parecía que el reinado de Anderson Silva llegaba a su fin. Sonnen lo dominó durante casi cinco asaltos completos. El campeón estaba contra las cuerdas, humillado, exhausto. Y entonces, como salido de una película, Silva encontró un triángulo desde la guardia y obligó a su rival a rendirse. Una remontada de esas de película que recuerdan por qué nunca puedes dar por muerto a un campeón.

  1. Jon Jones vs. Alexander Gustafsson I – UFC 165 (2013)

El sueco Gustafsson no era el favorito, nadie pensaba que pudiera con Jones, el prodigio del semipesado. Pero esa noche lo llevó al límite, lo hizo sangrar y lo obligó a pelear como nunca. El público estaba de pie, incapaz de creer lo que veía. Muchos aún consideran este combate como la mejor pelea de campeonato en la historia de la división. Fue el día en que Jones demostró que incluso los más grandes tienen que sufrir para defender su trono.

  1. Conor McGregor vs. Nate Diaz II – UFC 202 (2016)

McGregor es sinónimo de espectáculo, y esta pelea lo confirmó. Venía de perder contra Diaz y el mundo quería ver si era capaz de vengarse. Lo que siguió fueron cinco asaltos de guerra total en un festín de sangre, cansancio y un público enloquecido. McGregor ganó por decisión mayoritaria y la pelea se convirtió en una de las más vendidas en la historia de los PPV. Más allá del resultado, demostró la capacidad de un peleador para arrastrar masas y hacer de la UFC un fenómeno global.

  1. Frankie Edgar vs. Gray Maynard II – UFC 125 (2011)

Una pelea de esas que muestran el corazón de un campeón. En el primer asalto, Edgar estuvo a punto de caer, cualquier otro hubiera terminado ahí. Pero se levantó, resistió y convirtió el resto del combate en una remontada épica. Terminó en empate, sí, pero para los fans fue una victoria moral del espíritu guerrero.

  1. Khabib Nurmagomedov vs. Conor McGregor – UFC 229 (2018)

Este fue, sin duda, el combate más mediático de todos los tiempos. La rivalidad había escalado hasta límites personales y el ambiente estaba cargado de tensión. Cuando por fin se cerró la jaula, Khabib mostró su dominio absoluto a base de derribos, presión y finalmente una sumisión sobre Conor McGregor en el cuarto asalto. La pelea batió récords de audiencia y confirmó que la UFC ya no era un deporte de nicho, sino un fenómeno global que movía ingentes cantidades de seguidores y de dinero.

El eco de estas batallas

Estos combates están considerados como algunos de los momentos que marcaron la identidad de la UFC y que hicieron que el deporte creciera en popularidad y respeto. Dentro del octágono se vivió drama, técnica y resiliencia. Fuera de él, audiencias enteras se conectaban con una pasión que no distingue fronteras.

Lo fascinante de todo esto es que, aunque el tiempo pase, el eco de estas batallas sigue vivo. Cada nueva generación de peleadores se inspira en esas noches y cada fan, al recordarlas, vuelve a sentir esa adrenalina que hace de las artes marciales mixtas algo único.

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